Paterna del Campo, por su situación e idiosincrasia, es la principal heredera de la belleza paisajística del Campo y la Sierra de Tejada. Es su histórica campiña un lugar cargado de fertilidad, gracias a los innumerables arroyos que desembocan en el río Hardachón o Arroyo de Tejada, como es conocido popularmente, que discurre de oeste a este del término municipal. Dicho término ofrece también una frondosa y bella serranía, con una riqueza forestal y cinegética muy importante en torno a la cuenca del río Corumbel, donde se ubican varios cotos de caza menor y mayor en los que se permite, además de la caza del conejo, la perdiz, el zorzal y la liebre, la caza mayor de venados, jabalíes, gamos, muflones, etc… Todos ofrecen interesantes rutas para su recorrido a pie, en bicicleta, a caballo o en vehículos todoterreno.

El Chorrito

Es un paraje húmedo, de manantiales de agua dulce (de ahí su nombre) con una gran belleza paisajística y una densa vegetación. El camino que nos lleva hasta el manantial se convierte en una cerrada galería de rosas silvestres, zarzas, helechos, matagallos y zarzaparrilla, propias de los lugares húmedos. El corte en el terreno calizo permite la afloración del manantial, al que los habitantes de la zona se acercan para abastecerse de agua. En los riscos se puede observar cómo las raíces de los árboles y matorrales penetran en el terreno aprovechando los huecos dejados por el agua. Las especies arbóreas más frecuentes en la zona son la encina, el alcornoque y la coscoja.

En los alrededores se divisa un relieve quebrado atravesado por el río Corumbel. De un lado existen grandes eucaliptales, plantados para el aprovechamiento forestal, así como especies de bosque y matorral mediterráneo utilizados para el aprovechamiento ganadero. Las características geológicas del terreno han permitido la formación de pequeñas cuevas que caracterizan la zona.

Acebuchal del Alpízar

Nos encontramos con un espacio natural caracterizado por la dimensión y proporción de esta variedad de olivo. Los acebuches u olivos silvestres suelen quedar reducidos a pequeños arbustos, pero en este caso nos encontramos con pies que rivalizan en altura con los olivos tradicionales (Olea europea), y, por tanto, son difíciles de distinguir a simple vista. Abundan también los alcornoques y, sobre todo, las encinas, bajo los que crecen lentiscos y una especie comestible muy apreciada por estos contornos, los espárragos. La explotación de la finca es fundamentalmente ganadera, aunque se produce también un aprovechamiento cinegético.

El acebuchal se sitúa entre dos unidades paisajísticas. Desde Paterna del Campo hasta llegar al acebuchal y al propio Cortijo del Alpízar existen zonas de cultivo extensivo, donde predomina el girasol, los cereales, el algodón y el olivar; pero conforme avanzamos hacia el norte, la llanura se convierte en pequeños cerros donde abunda la vegetación silvestre: jaras, zarzas, coscojas, etc. Luego se alcanzan unos cerros más elevados, que se sitúan sobre el Corumbel y que están poblados en su mayor parte por eucaliptos.

 

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